sábado, 26 de marzo de 2016

Un día para recordar

La magia a menudo cobra formas inesperadas.
Puede ser un momento, un lugar, un hecho
o una persona...
                    


Acabo de llegar de una fiesta imprevista en una discoteca bastante chula y me acabo de poner a redactar este post. Seguramente mi día acabe con una buena ducha tras publicarlo, con agua caliente y ojos cerrados. El día de hoy ha dado para mucho y me atrevería incluso a decir que se trata del mejor día de mi vida. pero mejor os lo empiezo a contar como las buenas historias: despacio y desde el principio.



Mi amiga María me vino a buscar en coche con una chica alemana bastante simpática. Íbamos rumbo a buscar canguros cerca de Newcastle. El viaje se me hizo breve y fue bastante divertido; comiendo galletas de chocolate y croissants mientras escuchábamos música  `hard techno´ o temas con un toque más "español".

Finalmente llegamos a nuestro destino. A un lado, un enorme y precioso lago; al otro, prados repletos de canguros y algunas casas muy características. Estuvimos bastante rato persiguiendo canguros con zanahorias en la mano porque huían de nosotros cuando nos acercábamos pero finalmente uno de ellos (bastante grande) se acercó a comer y aprovechamos para acariciarlo y sacarle fotos.
Estos animales me han parecido preciosos y no cabía en mí de entusiasmo cuando pude verlos de cerca. Los había muy pequeños y adorables y otros grandotes que causaban impresión. De cualquier manera, no son agresivos y si les ofreces una zanahoria puedes verlos bien cerca (además, hacen un ruidito muy curioso).


El lago del que os hablo.

Tras todo eso nos sentamos un buen rato a orillas de aquel lago. ¿Cómo describir aquello? Dejé la mente en blanco mientras chapoteaba en el agua con los pies y miraba a un alejado horizonte. Esa sensación de que todo iba bien era sencillamente increíble.
Allí mismo, en el césped, tomamos un pequeño almuerzo improvisado con una compra del súper.
A la hora de volver estaba ya agotado por la caminata y el calor. Aun así, los paisajes que veía constantemente a través de la ventanilla me encantaban. Eran la imagen de un perfecto verano que pareciese no acabar nunca. Todo eso, tras la ventanilla.

Al llegar a Sydney me despedí de las chicas y me uní a Iratxe y algunas amigas suyas (se acabaron uniendo muchas más personas a nuestros planes, lo cual fue genial). Primero un paseo por un centro comercial y unos refrescos. Luego vino la cena. Ésta tuvo lugar en una especie de gran callejón repleto de puestos de comida asiática (no recuerdo el nombre del lugar). El caso es que todo aquello me resultó muy exótico y distinto. Personas de todas las culturas y clases sociales reunidas comiendo platos totalmente desconocidos para mí en un contexto de farolillos y adornos chinescos.

Y tras todo eso pasamos a lo mejor o, cuanto menos, más espectacular. Me hablaron de los fuegos artificiales de Darling Harbour. Nunca los había visto, ni siquiera por Internet, así que no podía esperarme nada de aquello. Fuimos directamente allí, estaba cerca el lugar. Lo primero que me encontré fue una zona totalmente llena de gente y vida. Atracciones, música, discotecas y muchedumbre. Todos se agruparon ante el mar minutos antes de las nueve de la noche, creando una estampa única, os lo aseguro.
De pronto se anunció el comienzo de todo. La música empezó a sonar y los primeros fuegos artificiales hicieron acto de presencia. Poco a poco fueron a más, era absolutamente INCREÍBLE. Imaginad por ejemplo, entre las canciones que sonaron, el tema `Alive´, de Sia, mientras los mejores fuegos crujían en el cielo con los gemidos rotos de la cantante. A-LU-CI-NAN-TE.
Se escuchaba un unísono de asombro entre la multitud y yo sólo podía abrir la boca atónito a todo ello. Es realmente difícil expresar con palabras el ambiente que allí se respiraba, esa visión de una ciudad tan desarrollada y de su gente disfrutando un espectáculo como aquel.

Así que con esa imagen me gustaría cerrar el post de hoy muy agradecido a todos vosotros por formar parte de todo esto.



"Fue mágico. La luz brotando del mismo mar. Voces de asombro entre la muchedumbre y crujidos incesantes en el cielo. Me elevaba, olvidaba todo lo que en algún momento pudo haberme preocupado. Lo olvidé todo, me permití el lujo de envolverme en toda esa ilusión.
Cerré los ojos y... por fin, lo besé".

Gracias a Iratxe por tomarme esta foto tan espectacular.

1 comentario:

  1. *.* Qué post tan emotivo... Se nota muchísimo la entrega y lo genial que te lo pasaste ese día, lo cual me alegro mucho!.
    Una vez mas no defraudas con tu contenido y belleza en el lenguaje.

    Gracias y un besico!
    @LorenaDenimLife

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