martes, 12 de agosto de 2014

Rumbos | Reflexión

Hasta el cambio más pequeño puede repercutir en tu vida entera.

Hola a todos, soy Leo Sarmed y lo que hoy traigo os dará que pensar, estoy seguro. Quiero hablaros de los caminos que recorréis y quiero hacerlo para que tengáis en cuenta algo que seguramente no os detengáis a valorar.
Cuando tenemos un destino fijo al que solemos ir con frecuencia, como la escuela, el puesto de trabajo o la casa de algún familiar/amigo, solemos tomar la misma trayectoria. Mi pregunta es: ¿qué puede pasar si cambiamos de rumbo?

Puede parecer una tontería. Siempre decidimos tomar lo que consideramos el camino más corto creyéndolo mejor pero, ¿podemos estar seguros de que es el mejor?
Alguna vez ha pasado que alguien ha tenido que alterar su recorrido debido a algún obstáculo o contratiempo y algo más ha cambiado con ello. Puede que no sea relevante, pero también puede que sí.
Detengámonos entonces a pensar qué podemos encontrarnos en esa opción alternativa; quizás conozcamos a un gran amigo o un gran amor, quizás nos topemos con algo que buscábamos, quizás surja una oportunidad totalmente inesperada...
Es cierto, podríamos perder encuentros similares en el camino que dejamos de lado. Sería una lástima cambiar de rumbo hoy, como excepción a los demás días, y descubrir que algo muy apreciado se paseaba por esas calles. ¿Merece la pena el riesgo? 


Personalmente considero que los cambios son importantes y enriquecedores. ¿Por qué ir siempre por el mismo sitio?

Ahora quiero lanzaros la auténtica reflexión de todo ello. ¿Y si cambiásemos nuestros actos y reacciones como ese rumbo que os acabo de comentar?
A lo que me refiero es a hacer algo imprevisible, romper nuestros esquemas de actitud y sorprendernos a nosotros mismos.

Sin desarrollar más mi tesis, dejo que seáis vosotros mismos los que le deis vueltas. Si comentáis vuestros puntos de vista abajo podremos debatir y crear algo muy interesante. Así que ya sabes, déjame tu comentario para que no seas un simple numerito en mi indicador de visitas y compartamos sugerencias o ideas (¡enriquecimiento mutuo, feedback!).
Por mi parte, me despido hasta la próxima entrada. Espero que te haya gustado esta breve reflexión. Si es así, compártela en tus redes sociales para que más gente pueda participar en esta cavilación y/o házmelo saber a través de las mías.


Y ya está. Muchas gracias por formar parte de todo esto. Porque sin ti no sería posible. 

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